Si mi princesa tuviera que desear,mi princesa, desearía nada.
Si mi princesa tuviera que amar,mi princesa, amaría a nadie.
Si tuviera que gozar de sus privilegios, mi princesa, gozaría de ninguno.
Pues nada, nadie y ninguno acompañan la soledad absoluta del reinado que la aguarda.
Ruben Leo
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