Habré de levantar la vasta vida que aún ahora es tu espejo:cada mañana habré de reconstruirla. Desde que te alejaste, cuántos lugares se han tornado vanos y sin sentido, iguales a luces en el día. Tardes que fueron nichos de tu imagen, músicas en que siempre me aguardabas; palabras de aquel tiempo, yo tendré que quebrarlas con mis manos. ¿En qué hondonada esconderé mi alma para que no vea tu ausencia que como un sol terrible, sin ocaso,brilla definitiva y despiadada? Tu ausencia me rodea como la cuerda a la garganta, el mar al que se hunde.
A lo largo de mis treinta ocho años de existencia llego a la conclusión que disfrutamos la vida de una manera muy distinta a años anteriores. Nos volvemos más sensibles de todo lo que nos rodea y empezamos a percibir con más detalles las pequeñas cosas que nos rodean, es como si nuestra mente se abriera paso en la obscuridad en la que muchas veces y de manera indistinta vivimos el día a día. Alguien dijo que la vida es una lucha continua, yo estoy en desacuerdo. Nos encontramos muy distraidos de la vida y a veces la juzgamos de manera muy imparcial. El éxito para ser feliz radica en hacer lo que a uno realmente le gusta hacer, aquel que lo logra esta infinitamente condenado a ser feliz y estará bendecido para alcanzar el éxito, el cual llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser, será y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida, la misma que me motiva a compartir con ustedes este sitio, el cual refleja en gran medida un poco de lo que disfruto y hago con mucho gusto. Otoño del 2006. Ruben Leo
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