Seis meses ya de muerta! Y en vano he pretendido un beso, una palabra, un hálito, un sonido...y, a pesar de mi fe, cada día evidencio que detrás de la tumba ya no hay más que silencio...Si yo me hubiese muerto, ¡qué mar, qué cataclismos,qué vértices, qué nieblas, qué cimas ni qué abismos burlaran mi deseo febril y omnipotente de venir por las noches a besarte en la frente,de bajar con la luz de un astro zahorí,a decirte al oído: No te olvides de mí. Y tú, que me querías tal vez más que te amé, callas inexorable, de suerte que no sésino dudar de todo, el alma, del destino,¡y ponerme a llorar en medio del camino! Pues con desolación infinita evidencio que detrás de la tumba ya no hay más que silencio...
A lo largo de mis treinta ocho años de existencia llego a la conclusión que disfrutamos la vida de una manera muy distinta a años anteriores. Nos volvemos más sensibles de todo lo que nos rodea y empezamos a percibir con más detalles las pequeñas cosas que nos rodean, es como si nuestra mente se abriera paso en la obscuridad en la que muchas veces y de manera indistinta vivimos el día a día. Alguien dijo que la vida es una lucha continua, yo estoy en desacuerdo. Nos encontramos muy distraidos de la vida y a veces la juzgamos de manera muy imparcial. El éxito para ser feliz radica en hacer lo que a uno realmente le gusta hacer, aquel que lo logra esta infinitamente condenado a ser feliz y estará bendecido para alcanzar el éxito, el cual llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser, será y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida, la misma que me motiva a compartir con ustedes este sitio, el cual refleja en gran medida un poco de lo que disfruto y hago con mucho gusto. Otoño del 2006. Ruben Leo
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